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3.

Terapia de burnout

Hay momentos en los que lo damos todo y nos olvidamos de escuchar nuestra propia voz, de reconocer las señales de alarma, de cuestionar nuestras propias acciones, en el trabajo, en el amor, en la familia... 

El miedo al cambio, la falta de confianza en uno mismo, los pensamientos relativos al estatus, el deseo de ser aceptado o querido, unas expectativas demasiado altas ... todo esto puede conducir al agotamiento.

Pero, ¿cómo se manifiesta exactamente el burnout? 

Los síntomas del agotamiento pueden ser muy diversos. Suelen manifestarse a través de los siguientes casos:

- pérdida de bienestar
- dificultad para concentrarse
- bajones mentales
- molestias psicosomáticas
- conflictos sociales (trabajo y vida privada)
- actitud cada vez más negativa hacia todas las personas

- retraimiento social y abandono de aficiones (hobbies)



También aparecen con frecuencia los siguientes síntomas:

- falta de energía
- infecciones frecuentes
- aumento de la tensión arterial
- molestias estomacales/intestinales
- disfunción sexual/disminución de la libido
- sensación de vacío interior
- abandono del cuidado íntimo y personal 
- cambio de personalidad
- consumo de sustancias


Llega un momento en que el cuerpo y la mente ya no pueden o no desean más. El rendimiento esperado no se materializa y la autoestima desciende . En el peor de los casos, esto puede llevar a un estado en el que ya no se quiere vivir, incluso pueden darse ideas o tendencias al suicidio.

Para evitar estas situaciones , la terapia del burnout puede actuar   de forma preventiva y en casos de manifestaciones agudas de estos síntomas.
 

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